Eh, tú. Sí, tú. El que está leyendo esto.
O quizás nunca lo leas, porque ni aunque te lo pusiera en las narices caerías en la cuenta de que todo esto va por ti.
Ya no sé cómo contener pensamientos, sensaciones
que van y vienen y se quedan por un tiempo,
dejando un sabor amargo y un tono gris a mis días,
que se tornaban de colores cuando tú empezaste a estar en ellos.
Aún recuerdo aquel día de primeros de noviembre en que empezamos a hablar, fue como una fuerza sobrenatural la que nos unió de repente y entonces, parecía que todo tenía sentido y que lo demás sobraba.
Me entendías a la perfección, como yo a ti;
gustos iguales, experiencias de nuestras vidas pasadas
que nos contábamos y compartíamos con completa naturalidad;
"pareciera que nos conociésemos desde hace mucho tiempo", nos decíamos.
Me gustaba cada segundo en que sabía que estabas ahí,
te echaba de menos a cada instante que te marchabas,
ya fuera para dormir o para estudiar.
Te quería para mí todo el tiempo,
qué sensación tan extraña y a la vez tan seductora y potente.
Me enganchabas poco a poco.
Pero no veía maldad en ti, en absoluto.
Sinceridad e inocencia abrazaban tus palabras,
que se clavaban dentro de mí como agujas.
Conexiones increíbles en conversaciones triviales...
porque "escribes con la luz fotografías", y yo lo leo al mismo tiempo.
Eran esas pequeñas cosas las que me avisaban poco a poco de que tú no eras igual, de que tenías algo que ofrecer muy diferente al resto.
Y fue aquella ansiada tarde de otoño por Madrid cuando nos vimos por primera vez, nos pudimos palpar y saber que éramos reales, de carne y hueso.
Podía escuchar tu voz directamente y no a través de un teléfono,
veía tu sonrisa en vivo y tus ojos... tus ojos me encandilaban
con su profundo color oscuro, hablando por sí solos.
Sonrío cuando me acuerdo de ese día,
sonrisas tímidas de vez en cuando,
miradas calladas que gritaban a voces,
de centímetros de separación que parecían kilómetros porque yo quería sentirte cerca.
Y ahora, ahora sólo quedan imágenes,
sonidos QUIZÁS,
palabras que fluyeron como gotas de agua que se acaban evaporando.
Your Loss I'm Found - Jessie J